Durante todo el tiempo de mi vida, estuve aislado del mundo, pero un día decidí salir y experimentar nuevas sensaciones. A veces pienso que me equivoqué, otras veces, que tendría que haber salido antes. En conclusión, mi vida a sido muy monótona, siempre he estado sola, nunca había salido, siempre en casa, etcétera. Pero siempre sola.
A mis quince años empecé a salir más, y al salir más a menudo conocía más gente, etcétera., no fui muy bien recibida por mucha gente; pensé que quizá fuere por no haber vivido desde mi infancia aquí, pero me resulto algo indiferente la verdad.
En el colegio, bueno más bien instituto, no me iba muy bien, tenía solo una amiga y no íbamos a la misma clase, pero luego nos veíamos y le contaba como me había ido en clase; no duró mucho y cuando repetí conocí otra gente y pase algo de ella ya que denote fácilmente que no le interesaba lo más mínimo lo que le contaba. Mis amistados desde mi infancia nunca fueron muy duraderos, así que estaba acostumbrada al olvido y perdida de un ser humano; ya que cuando fui niña perdí a mi padre cuando se divorciaron cuando yo contaba seis años.
A los dieciséis volví a apenas salir, la mayor parte del tiempo lo pasaba en mi casa, observando por la ventana a la cantidad de gente que pasaba por mi calle. A esta edad me enamoré perdidamente de alguien imposible, estuve tiempo tras él, pero al final cuando supe que era imposible y que ni tan siquiera le gustaba, pase de él.
Siempre he sido una persona incomprendida, llena de odio y que realmente nadie, absolutamente nadie conoce realmente.
Tuve desde muy temprana edad una vena psicópata y pirómana con deseos de saber qué se siente al hacer el acto sexual. Aviso de ante mano que no daré a conocer toda mi vida, pero que sí me sinceraré un poco con el lector.
No viví con mi madre durante, creo que estuve un año viviendo, por así decirlo sola. Caí en un gran vacio, no dormía, no comía, solo bebía (alcohol no) estaba todo el día navegando por internet viendo películas que ni la mente más retorcida seria capaz de verlas; escuchaba música con letras que siempre decían, muerte, matar, de la misma similitud que las películas.
Ahí descubrí claramente cómo era yo. Siempre sola y con mucho tiempo libre; ocupe mi mente en dedicar a conocerme a mí misma, a mi yo oculto, supe que nadie le gustaría, así que lo oculté. Estuve viviendo desde mediados de los quince a los dieciséis años.
Cuando tenía dieciséis entro alguien en mi vida que me ofrecía conocer algo que picaba mi curiosidad; pero con mi mente trastornada, creía que era otra cosa, pero no fue nada de eso; fue, puro sexo, y nada más. Vivía en la tierra, alterada por mi extensa imaginación. Nada era lo que yo creía que era, ni como yo lo veía, era como si estuviera drogada, pero siendo consciente de lo que ocurría a mí alrededor. Constantemente huía del mundo escondiéndome entre mis sueños, estando en mi universo en el cual todo, absolutamente todo, era perfecto.
Estuve con aquel llamémoslo, engendro; hasta… No podría decir hasta cuando ya que mucho antes de cumplir los diecisiete ya le hube dejado. De aquel engendro nació otro, pero éste fue un deleite para mis experimentos ya que descubrí que la gente que dice: la belleza habita en el interior de las personas., se equivoca, ya que seas guapo o feo, no quiere decir que el guapo sea malo y el feo bueno. Sino que, con quien tu quieres ser bueno, lo eres y sino, eres un cabrón y punto, no hay más vuelta.
Bueno, mi yo estúpido, quería estar con aquel engendro que surgió del anterior, cuando le dejé, al cabo de un tiempo entendí por qué, pero bueno, éste me dijo que no. Me sentí rechazada por tercera vez y juntándose con los muchos rechazos familiares y los de amistades, sentí en mi corazón que nunca sería querida, y aceptada por nadie; aunque no lo creáis los locos; psicópatas, pirómanos, etcétera, tenemos sentimientos. Y duele sentirse cada día de tu miserable vida, rechazada.
Hable con un amigo con el que no tenía mucho contacto ya que desde el primer instante en que le vi me robo el corazón, alma y todo lo físico y espiritual. No quería acercarme mucho a él ya que sabia que lo que sentía era amor y no quería sufrir otro rechazo y más por alguien a quien amo de verdad. Pero él tenia algo que yo en ese momento necesitaba y él se ofreció a dármelo y yo acepte encantada. Estuve asolas con él, hablé y me enamoré más todavía. Aquel momento fue mágico para mí, sobre todo este:
-Sé que no te gustan los abrazos, pero, ¿Puedo darte uno por favor? A media voz dije esto sonrojándome un poco y algo nerviosa. Él me contesto diciéndome ‘’Claro ven aquí’’ Y yo más feliz que nadie en el mundo entero a la una de la madrugada, bajo las estrellas y la luna, enfrente de su casa le di un abrazo, rodeando su cintura con mis brazos, sintiendo su corazón latir fuertemente, como si en uno nos hubiéramos convertido; duro tres minutos; él me cogió también, me acaricio el pelo y el hombro derecho y yo con una sonrisa en la cara, deseaba, que ese momento nunca acabara.
Pase un tiempo sola, no fue mucho ya que hablaba mucho con, llamémosle Amjor (no es un nombre) sino, que es la palabra Am, amor; y Jo, letras de su nombre; r, inicial de mi nombre. En conclusión, hable mucho con Amjor, pero no era yo quien la iniciaba, sino él. Un día recuerdo aún la fecha y hora, al igual que cada palabra y gesto se han guardado en mi mente. Así es, la fecha exacta es: martes 30 de marzo de 2010 a las 16:00h. Pensaréis quizá que soy algo paranoica, empero, debo deciros con resignación, que algo de verdad es. Sufro como una especia de trastorno obsesivo compulsivo y tiendo en ocasiones a obsesionarme con las personas, personajes, libros, historias, etcétera. A veces soy algo paranoica, en ocasiones psicópata y pirómana, como ya he mencionado anteriormente.
Ejemplo de ello: Veo a alguien por la calle, sea hombre o mujer, su imagen se grava en mi mente y me obsesiono con ello. ¿Esto es normal? ¿Sí, No? No lo sé. A veces siento que vivo absorta de todo, que ni estoy aquí ni allí. Como si estuviera muerta, no sé, tampoco qué será de mí en un futuro, a veces no quiero ni pensarlo, otras veces me como la cabeza con ello; no quiero ni pensar en si alguien llegará a leer esto ya que dudo que mis pensamientos le interese a nadie, al igual de cómo me siento o que mis ideas he historias le guste a nadie.
Martes 30 de Marzo de 2010: Son las 16:00 horas, estaba preparándome para estar a las 16:30 horas en la puerta de su casa. Recuerdo claramente que me perdí buscando su casa, no recordaba claramente dónde estaba, y con todas las obras que recorrían las calles de L… Al final a las 16:55 horas, encontré su casa y me dispuse pues a tirar una piedra a su persiana; recuerdo que para ser 30 de marzo y faltaran dos días para que empezara abril hacía mucho, muchísimo calor. Yo iba con unos pantalones negros caídos, unas Vans, los calcetines verdes, camiseta blanca de tirantes y una camisa de cuadros negros, grises y blancos; que me la quité porque tenía calor mientras caminaba.
Me disponía a lanzar la primera piedra, la tenía en la mano, tirándola, pensé que sería como decirle, ‘’Eh, ya estoy aquí…’’ iba a demostrarle que existía, que yo era real, y que había ido a buscarle. Pero en aquel momento me sentía incapaz de mover ningún musculo, inútil, rota, estropeada y vieja estando en la flor de mi juventud, en aquel momento vino a mi cabeza un millón de frases, todas eran del ‘’Pez Gordo’’ y justamente sonaron en mi cabeza las que decían: ‘’ Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud’’ ‘’No juegues con los corazones de los demás y no aguantes que la gente juegue con el tuyo’’ ‘’ La carrera es larga y al final solo compites contra ti mismo’’ ‘’ Recuerda los elogios que recibas, olvida los insultos, y si lo consigues dime cómo. ‘’ Todas estas frases vinieron a mi cabeza como una bomba explosiva derrumbando un edificio de cien pisos. No entendía bien por qué, pero me envolvieron entera como una manta de lana en un colchón, como el rocío de la mañana baña los campos y empapa los coches de la ciudad, así me sentía yo.
Fui desorientada, guiada por una sombra, perdida sin saber realmente por qué extraña razón, sin entender el por qué pero fui. Desconcertada., haciendo todo a tientas, guiada por X razón a una trampa de la cual mi subconsciente; era consciente de ello, pero cayo en la trampa siendo, sabiendo que estaba ahí, preparada, palpable en el ambiente. Sabiendo él (mi subconsciente) que todo era falsa, irreal, una trampa; fue a ella, quiso caer en ella. Aún a estas alturas en las que yo me encuentro sumida ahora., continua sin decirme el por qué de caer en ella. Creo que lo que hace (repito: mi subconsciente) es esconderme algo que sabe y yo desconozco.
Tire la piedra, él Amjor (mencione que a éste hombre lo llamaría así, porque no quiero poner su nombre y es una mezcla de varios, mencionada anteriormente) salió, más bien se asomó por la ventana, en cuanto le vi, sentí como me iban a salir todos los órganos de mi cuerpo por la boca. No fue para nada un gesto de angustia, no, sino que es tan fuerte lo que siento al verle, que las ‘mariposas’ no bastan.
Pase toda la tarde y noche con él, y a la mañana siguiente, es decir 31 de marzo a las diez horas de la mañana me despertó.
El recuerdo de esa mañana: Los dos en su sofá, desnudos, tapados con su edredón de cuadros azul claro y blancos; él me despertó acariciando todo mi cuerpo desnudo y besándome tiernamente en los labios como si tuviera miedo de romperlos. Entonces ahí, abrí los ojos, me gire hacía él y le mire con una mirada, tierna, delicada y dulce que hablaba por sí misma.
Supe que se dio cuenta de lo que esa mirada significaba, pero él la evito directamente, como si por inercia evitara cualquier síntoma de cariño.
Yo ya sabía más o menos cómo era él, no era un ser afectivo, no mostraba ningún sentimiento y si sufría o estaba rebosante de alegría, evitaba demostrarlo. Siempre (supongo) fue una persona sin escrúpulos. Una persona neutral.
Sé que tuvo novias, etcétera porque él mismo me lo dijo, porque si por mí fuere, pensaría que nunca tuvo. Se expresa con sequedad, nunca sabes cuando bromea, cuando dice algo real o inventado. Cuando intentabas mantener una conversación con él, era como entrar en guerra y estar en medio de un montón de balas que te rodean y que según lo que digas; puedes morir porque una de las múltiples balas te ha tocado. Era, es difícil saber cuando realmente te escucha ya que cuando hablo con él y hablaba yo de algo, me tiraba horas contándole o comentándole algo y él no hace comentario alguno, y cuando tenía que contestar algo decía: (- Se, no sé, o, no sé qué decirte) Siempre me daba la impresión de estar hablando sola, él dice siempre (- No si yo te escucho) pero muchas veces cuando contestaba, era con algo que no venia a cuento, y demostraba que nunca estaba aquí, y si decía él algo era sobre lo que estuviera haciendo en ese momento.
Empecé a pensar que el mundo no giraba con él, que estaba en otro lado, como yo. Pero yo solía normalmente girar, pero él siempre estaba en otra órbita. Es un hombre de contradecirse constantemente, es un hombre, una persona, pero nunca está ni aquí, ni donde yo creía que siempre estaba, allí. Muchas veces ya mentía por mentir, lo hacía ya por inercia. Cuando lo cogías en una de sus muchas contradicciones o mentiras contestaba con sequedad y sin sentimiento un (yo no recuerdo haber dicho eso, pero bueno…) Y no puedes contestarle porque ves que su cuerpo está aquí contigo, pero su yo, su alma, su ser, está en otro lugar.
Muchas de las veces en las que en un pasado me acosté con él, me sentía rara, como si hubiera absorbido mi ser interno y me haya mandado a otro lugar, no sentía nada, él era lo que siempre fue, y me estaba vaciando a mí también. Cualquier persona que nos viera, verían a dos muertos fornicando, porque eso es lo que yo sentía.
Realmente es un hombre que no entenderé. Es alguien incomprensible, al igual que yo.
Lo que más me atrajo de él fue su personalidad única, su interior, su belleza interior. Cada gota de su ser me enloquecía; como es obvio, al gustarme, enloquecerme su interior, hizo que su esplendido y delicado cuerpo me obsesionara, y fuera para mi algo que necesitaba tocar y sentir siempre.
Lo que más me llamó la atención en el curso de nuestra ‘’relación’’ (porque no éramos nada, absolutamente nada) fue que., el martes 30 al día siguiente de esa fecha, dejo automáticamente de hablar conmigo, es decir, solo me hablaba cuando quería verme.
Eso fue para mí algo que yo no podía entender. ¿Por qué?, ¿por qué ya no habla conmigo? ¿Por qué me ignora? ¿Por qué solo me habla cuando quiere verme? De hablar conmigo cada día durante horas, de yo contarle un millón de cosas, a nada. A decirme solo: (Eh, nos vemos X día, ha X hora, ¿vale?) Y yo contestarle con un ‘’sí’’ sollozante y él ignorar mi dolor.
Cada día que pasaba una parte de mí moría, sentirá y llegaba a pensar que algún día no despertaría. Era una persona que te llegaba ha absorber, como si su vida, su bien estar, y todo dependiera de ti. Hace que sientes que todo, absolutamente todo, depende de ti, y todo tiene que ser perfecto, sino, un castigo horrible caía sobre ti, a cada memez cada cosa miserable, que salía mal; incluso si perdía o hacía algo mal en el videojuego era culpa tuya, incluso su dolor en la clavícula era culpa mía.
Se quejaba por todo y aún continua igual, por todo.
Su televisor ya es viejo y yo respondí que fallaba porque es viejo y afirme diciendo ‘’ Los años pasan y no perdonan a nadie’’ Él respondió diciendo (-Sí, excepto a mí) Vi como reventaba a golpes el televisor mientras remugaba, incluso aquel objeto antiguo, lleno de recuerdos, que sabrá todo lo que me gustaría saber a mí de él; me daba lastima.
-Realmente no me gustaría ser tu tele. Dije a media voz y con algo de lastima hacia ella.
-No, porque no lo eres, y además si lo fueras, irías siempre bien. Como dando me a entender que siempre voy a su meced para él no hacerme daño alguno.
No siempre todo fue mal, y tampoco siempre todo fue bien. Nada es perfecto, ni nadie es perfecto; hay gente que se cree que lo es pero realmente no lo son, nadie es nunca ni la mitad de lo que se cree. Nunca cumplen lo que predican, y los que más critican algo, son quienes más lo hacen; ya lo dice el refrán ‘’nunca escupas al cielo, porque luego te cae lo que has escupido…’’ o algo así era, no lo recuerdo bien ahora. Me cuesta un poco escribir esto ya que me van viniendo cada vez más momentos vividos junto a él. No recuerdo ni las líneas que he escrito antes, estoy muy despistada, salgo al patio, doy vueltas, me fumo un cigarrillo…
Pasamos: Marzo, Abril, Mayo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre, y cuando llego Octubre; el día jueves 7 de octubre de 2010 a las 22:00 horas, hable con el vía E-mail, bueno, más bien, por Messenger. Aquel momento, aquellas palabras, no las olvidaré nunca.
-Amjor, ¿Puedo verte este fin de semana u algo? Es que te echo mucho de menos y en verano, poco nos hemos visto porque has estado por A…Y claro.
-No.
-¿Por qué?
-Porque no quiero quedar más contigo, me das asco, nunca me has gustado, ¿No ves que yo solo quería f…? tu fuiste la victima de todo esto, y ya no quiero saber más nada de ti, tú te montaste tu película de M… y mierda.
Mi corazón se rompió en mil pedazos, el camino con pétalos de rosas se convirtió en un puente medio caído rodeado de espinas, animales muertos he hienas.
-No tienes que decirme lo que soy, porque yo lo sé muy bien y estoy muy a gusto con ello. Porque yo podría decirte a ti que eres fea, ya que todo el mundo te utiliza porque saben que no aspiras a nada mejor que a una mierda. Dicho esto que te vaya bien, adiós.
En aquellos momentos no supe bien que hace, vi mi corazón roto, hecho añicos; tenía ganas de salir por la puerta corriendo he irme al cementerio, pensé que quizá estaría una lapida con mi nombre, o que quizá estaría mi corazón por ahí enterrado ya que él (mi corazón) y yo (mi cuerpo y alma) habíamos muerto.
¿Qué hice para merecer eso?, Sí fui algo pesada, pero intentaba cambiar ¿verdad?, tu lo viste ¿no? Un millón de espectros, fantasmas, sombras; todas vinieron a mí, a darme su calor aunque estén muertos, me reconfortaban. Yo lloraba, bajo mis pies se veía un rio de sangre y lágrimas procedentes de mis ojos y corazón. Sabia que no iba a ser eterno, y sabía de ante mano que me iba a dejar, pero no fui consciente del dolor que iba a pasar hasta que lo viví.
28 días: de soledad, tristeza, llanto, melancolía, repitiéndose en mi cabeza una y otra vez las palabras con rabia y neutralidad que decían ‘’ Ya que todo el mundo te utiliza porque saben que no aspiras a nada mejor que una mierda’’ Una parte de mí pensaba que tenía razón sabiendas de que no es así. La gente me preguntaba por él y yo no respondía, no hacía comentario alguno, ni hacía él ni nada referente a él, ni bueno, ni malo, ninguno. Cuando preguntaba por él solo decía ‘’ ¿Qué tal está Amjor?’’ y me contestaban siempre ‘’no sé…hace tiempo que no le veo’’
Creo que la gente esperaba a que lo criticara, hablara mal de él y le insultara, empero ¿Cómo voy a hacer eso con alguien a quien quiero?
En fin, me daba igual qué pensara de mí la gente, o de lo que me hubo pasado. He aprendido a ignorar lo que la gente decía de mí y lo que opinaban.
En el veinte-octavo día a las cuatro y medía; el día anterior me comenzó a salir conectado y desconocía el por qué, en fin, eran las cuatro y media y él me habló:
Viernes 5 de octubre de 2010, 16:30 horas (fecha única)
-Hola, ¿estas?
-Sí, ¿qué quieres?
-Quería saber si podíamos quedar, y tal…es que tengo que decirte una cosa.
-¿Y no puedes decírmelo por aquí? Yo me temía lo peor, pensaba que querría dejarme en ridículo ante sus amigos, que alguien le habría dicho una mentira… ¡Mil cosas! Y a todo esto, yo no quería verle.
-Sí, pero es que ahora me voy, luego por la tarde a eso de las siete u ocho estoy por aquí…
-Ah, pues nada.
-Bueno, hasta luego.
-Dew.
Esto fue dicho a las cuatro, cuatro y media, la hora culminante fue a las diez.
-Recuerda que tienes que decirme no sé qué. Le dije yo a las ocho y medía.
-¡Ey! Dijo él.
-Hola, ¿Qué tenias que decirme?
-Mira R…
-Miro.
-Quería decirte que, no te mereces nada de lo que te dije, que estuvo mal y que quería si puedes, que me perdonaras.
-¿Y esto es lo que tenías que decirme?
-Sí.
-Ams…
-Es que no sé por qué, pero contigo no puedo ser un cabrón, no te mereces nada de lo que hice y dije, y me siento muy mal con ello, eres la única persona con la cual no puedo joderla, porque luego siento remordimientos y es muy raro porque nunca me ha pasado ¿sabes? Sería para mí un gran alivio por favor que me perdonaras, quedar como amigos para fumar o algo, ¿sabes?
No podía creer lo que me decía, era como algo irreal para mí, era imposible; sentía como mi corazón volvía a reconstruirse, lo veía florecer, renacer crecía y volvía a rellenarse de amor, fe y esperanzas. Me perdí aquella acción en persona por mi estúpida desconfianza, pensé ‘’La próxima vez voy’’ pero supe que si iba no sería igual.
-¿Puedo contestarte en persona?
-Sí, claro aunque si vienes a pegarme paso…
-No te voy a pegar.
-Entonces bien, aunque ya sé qué me vas a decir.
-¿Así?, ¿El qué?
-No, que... intentarás dejarme como una mierda como yo ‘intente’ hacer, pero bueno a lo hecho pecho.
Aquella frase ‘’a lo hecho pecho’’ me hizo gracia, sentía que todo iba a salir bien, que sería distinto, perfecto.
-No, no haré eso, pero bueno. Si quieres quedamos ahora.
-Ahora no, que ceno y luego me voy que he quedado.
-Ah, entonces nada.
-¿Mañana?
-Bueno vale.
-Vale mañana a las nueve y media.
-Vale, dew.
-Dew, cuídate, hasta mañana.
Sábado 6 de noviembre de 2010, 21:30 horas: Volvía, él volvió, todo, el pasado.
A pesar de que me dejó y ahora volvía a mí, yo lo seguía viendo como un Dios.
<<Por poderoso que sea el primer aspecto de Dios nunca es el Amo absoluto y Todopoderoso.
Es el Dios que se pone a nuestro nivel humano y limitado. >> (Anónimo)
Deseaba aquella noche en la que fui a aclarar las cosas que viniera la muerte a mí, me vino el poema de Miguel Cervantes que decía:
<< Ven, muerte, tan escondida,
Que no te sienta venir, porque el placer de morir,
No me torne a dar la vida. >>
Es curioso como vienen a mi cabeza frases y poemas cuando estoy nerviosa o exhausta; incluso historias y proyectos me vienen como una ola en medio de una tempestad transformándose en un tornado de agua que me arrastra hasta el espacio que a su vez me absorbe un agujero negro del cual ya no puedo salir.
Mi mente las veinticuatro horas del día está en blanco, empero cuando estoy con él es como si me tele trasportara a otra dimensión como si fuera algo nuevo cada vez que le veo, algo único a cada instante, una bomba explosiva que me lleva con él, más fuerte que yo, pero yo sintiendo el control, sintiéndome bien, segura a salvo. Hace en mí un efecto sublime que cada día es nuevo, siento cosas que aún no se ha descubierto, que ni la ciencia ni la psicología saben que existe. Es tan sublime, única esa sensación que se vuelve legendaria y adictiva. Incluida la sensación de miedo a decir algo estúpido para él me sorprende. Desconozco por qué, y de dónde proviene, pero hace que cometa tantas estupideces por él, que incluido mi yo estúpido se sorprende.
Como comprenderéis aquella noche fui simplemente a hablar, aclarar lo que dijo, afirmar si era cierto.
Desde las nueve y medía, hasta las seis de la mañana no fui capaz de decirle nada, que fue cuando me pregunto: (-¿has venido para quedarte aquí dormida?) le conteste que no, que no había ido para quedarme allí dormida y le pregunte seguidamente si fue sincero en sus disculpas.
Él contesto a todo esto con un: (- digo yo que por algo lo dije ¿no? ) y yo le dije que si así es, vale, las acepto y ahí concluyo la conversación, hasta que al cabo de un rato me acerque a él y nos juntamos, abrazándome, besándome, haciéndome sentir la única mujer del mundo, sintiendo que estoy en medio del océano que el agua hierve, pero que no me quema, sintiéndome en el séptimo cielo, en un éxtasis de bien estar, hasta que fui consciente de mis actos y me incorpore, tapándome la cara con las manos y pensando en: ( por qué demonios hago esto )
-¿Qué pasa? Dijo él mientras me miraba de arriba a bajo y cogiéndome de la cintura.
- […] Yo era en ese momento una muñeca, que tiene la boca dibujada en la cara y que sus pilas se han gastado y es incapaz de funcionar sin ellas. Me quite las manos cuando volví a sentir sus manos en mi cintura que la giraba constantemente hacia la izquierda y derecha y decía a su vez como si cantara ‘’ Holaaaaaaaa’’
-¿Qué? Dije yo desviando la mirada de su campo de visión.
-Que, ¿qué pasa? Di algo ¿sabes? Pero no te quedes ahí callada, di algo. Lo dijo algo molesto por mi silencio.
-Que… una parte de mí quiere ¿sabes? Pero otra parte de mí no quiere ¿sabes? Es que… no sé… Lo dije muy sinceramente, continuaba sin mirarle a la cara, me sentía sucia, muerta. Era incapaz de hacer u decir nada.
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